Mito número 3
Se tardan años de dedicación a la práctica para obtener cualquier
beneficio.
La verdad: Los beneficios de la meditación son al mismo tiempo
inmediatos y a largo plazo. Puedes empezar a experimentar sus beneficios la
primera vez que te sientas a meditar y en los primeros días de práctica diaria.
Muchos estudios científicos aportan pruebas que la meditación tiene profundos
efectos en la fisiología de la mente-cuerpo en tan sólo unas semanas de
práctica. Por ejemplo, un destacado estudio llevado a cabo por la Universidad
de Harvard y el Hospital General de Massachusetts encontró que en tan sólo ocho
semanas de meditación, ésta no sólo ayudó a las personas a experimentar una
reducción en la ansiedad y un mayor sentimiento de calma; sino que también
produjo un crecimiento en áreas del cerebro relacionadas con la memoria, la
empatía, la auto-consciencia y la regulación del estrés.
Otros
beneficios comunes de la meditación incluyen la mejora de la concentración, la
reducción de la presión sanguínea, reducción del estrés y de la ansiedad, y la
mejora de la función inmunológica.
Mito número 4
La meditación es escapismo.
La verdad: El verdadero propósito de la meditación no es
desconectar y evadirse de todo sino reconectar y ponerse en contacto con tu
verdadero yo, ese aspecto eterno de ti mismo que va más allá de los incesantes
cambios y circunstancias en tu vida. En la meditación te sumerges por debajo de
la superficie agitada de la mente, que tiende a estar llena con pensamientos
repetitivos sobre el pasado y preocupaciones sobre el futuro, para estar en el
punto de quietud de la pura conciencia. En este estado de consciencia
transcendente, dejas que se vayan todas las historias que te has ido contando
sobre quién eres, cuáles son tus limitaciones y donde no llegas y experimentas
que tu auténtico yo es infinito e ilimitado.
Al
practicar regularmente limpias tus ventanas de percepción y tu claridad se
expande. Mientras, algunas personas intentan utilizar la meditación como una
forma de escape, como una forma de evitar problemas emocionales sin resolver, este
enfoque va en contra de todas las sabias enseñanzas sobre meditación y
Mindfulness.
De
hecho hay toda una variedad de técnicas meditativas desarrolladas especialmente
para identificar, movilizar y liberar toxicidad emocional acumulada. Si estás
lidiando con una decepción emocional o un trauma, lo recomendable es trabajar
con un terapeuta que pueda ayudarte a explorar sin miedo y sanar el dolor del
pasado, permitiéndote volver a tu estado natural de integridad y amor.
Mito numero 5
No tengo suficiente tiempo para meditar.
La verdad: Hay ejecutivos productivos y ocupados que no se han
perdido una meditación en 25 años, y si tú haces de la meditación una
prioridad, también lo conseguirás. Si sientes que tu agenda está demasiado
llena, recuerda que incluso unos pocos minutos de meditación son mejor que ninguno.
Te animamos a que no te convenzas a ti mismo de no meditar sólo porque es un
poco tarde o te sientas demasiado dormido.
Paradójicamente,
cuando meditamos de un modo regular, tenemos más tiempo. Al meditar entramos y
salimos del terreno carente de espacio y tiempo de la conciencia… el estado de
pura atención que es la fuente de todo lo que se manifiesta en el universo.
Nuestra
respiración y nuestro ritmo cardiaco se ralentizan, nuestra presión sanguínea
baja, y nuestro cuerpo disminuye la producción de las hormonas del estrés y
otros químicos que aceleran el proceso de envejecimiento y nos dan la sensación
subjetiva de que “nos estamos quedando sin tiempo”.
En
la meditación, estamos en un estado de alerta sosegada que es extremadamente
energizante para el cuerpo y la mente. A medida que la gente se adhiere a su
ritual de meditación, notan que son más capaces de lograr más haciendo menos.
En lugar de luchar tanto para alcanzar sus objetivos, pasan más y más tiempo
“en el flujo” alineados con la inteligencia universal que es la que orquesta
todas las cosas.