Para prevenir
enfermarnos o empeorar el curso de una enfermedad es importante saber y
entender que siempre hay una carga emocional en las enfermedades que, depende
de qué tan grande sea puede agravar el proceso.
Para ejemplificar esto
se puede utilizar la Parábola Budista de las 2 flechas. Si alguien nos tira una
flecha el dolor que sentiremos será tal como si en vez de una flecha nos
hubieran lanzado dos. La primera flecha, la que viene de afuera representa el
dolor, los problemas o la enfermedad que se padece. La segunda flecha son las
emociones y los pensamientos que llegan asociados a esa primera flecha.
Es decir, la primera
flecha es aquel suceso real que no podemos cambiar, es la realidad tal como es,
por ejemplo, un problema laboral, una situación de estrés en la familia, un
diagnóstico de una enfermedad, entre otros ejemplos; y la segunda flecha es el
componente emocional que asociamos a esta situación que estamos viviendo.
Resulta que cuando
tenemos un problema, dentro de nuestra complejo mente-cuerpo suceden tres
situaciones:
1) Sentimos una sensación física, por
ejemplo: taquicardia, dolor en el abdomen, tensión muscular.
2) Se presenta una emoción, por ejemplo:
miedo, tristeza, ira, frustración.
3) Se activa un pensamiento, por ejemplo:
“todo me sale mal”, “de esta situación no voy a lograr salir”, “nadie me valora”,
“Yo puedo solucionar este problema”.
Si este pensamiento es
negativo, se activa una sensación más fuerte en la misma área o en otra
diferente, y esta a su vez genera una emoción, que a su vez produce otro
pensamiento, entrando en un círculo vicioso.
Muchas veces esa
segunda flecha es más grande que la primera y las sensaciones físicas pueden
generar síntomas o incluso, enfermedades así como también la carga emocional
puede generar ansiedad o depresión, las cuales también pueden manifestarse a nivel físico activando procesos
inflamatorios, bajando las defensas o el sistema inmunológico, alteraciones en
el colon, tensión muscular y dolores en la espalda o la cabeza, entre otros
síntomas.
Según la Medicina
Tradicional China hay ciertas emociones que pueden afectar ciertos órganos o
funciones. Por ejemplo, la tristeza disminuye el sistema inmunológico y da
predisposición a enfermedades respiratorias y digestivas. La ira y la
frustración afectan el hígado y la vesícula biliar y además generan tensión
muscular. La obsesión afecta los procesos metabólicos y puede facilitar y
empeorar la diabetes y la obesidad y el miedo puede afectar los riñones y
facilitar afecciones de los huesos y las articulaciones.
Por esta razón es
importante aprender a identificar estas flechas, puesto que la segunda flecha
sí la podemos aprender a modular e incluso la podemos hacer desaparecer.
¿Cómo podemos lograr
hacer desaparecer la segunda flecha? Lo primero es hacer consciencia de nuestro
cuerpo y sus sensaciones físicas, de nuestras emociones y de nuestros
pensamientos. Esto lo podemos llevar a cabo directamente en nuestras labores
diarias mediante un proceso de auto revisión y auto observación el cual se
logra más fácilmente si meditamos.
La meditación es una
técnica que nos lleva a hacer consciencia de quienes somos y lo que nos sucede
y activar un proceso continuo de auto observación. Las prácticas de meditación
tienen ciertas características generales:
1. Incentivan a mantener consciencia plena
del momento presente mediante la conexión y activación de aquello que nos
permite conectarnos con lo que está sucediendo aquí y ahora: los órganos de los
sentidos.
2. Activan la capacidad de observarse a si
mismo sin juicios y de manera compasiva.
3 3. Permiten la capacidad de aprender de
nosotros mismos.
Se ha demostrado que
cuando las personas meditan, aparte de sentir más tranquilidad y menos estrés,
también hay mejoría del sistema inmunológico, del sistema cardiovascular, entre
otros.
Es importante anotar
que el verdadero entendimiento acerca de los efectos que tiene la meditación en
nosotros se obtiene practicándola, entre más mejor, pues lo que se ejercita se
fortalece.
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