Para mantener el equilibrio tanto energético como corporal es
indispensable una alimentación adecuada que permita que los órganos se nutran
adecuadamente. El alimento es la fuente principal de energía para el cuerpo. Si
se consumen alimentos
sanos y hay una digestión
apropiada entonces los nutrientes se absorberán adecuadamente y se distribuirán
por todo el cuerpo generando salud y
vitalidad.
Es vital
consumir agua en buena cantidad, la suficiente para
mantener la orina clara ya que el agua permite el flujo adecuado de
todo: nutrientes, toxinas, energía.
También es importante el consumo de aceites sanos que permitan una adecuada lubricación del cuerpo como por ejemplo el de oliva, sésamo o alimentos que los contengan como el aguacate, la chía, la linaza, el ajonjolí las almendras, los pecan, entre otros.
También es importante el consumo de aceites sanos que permitan una adecuada lubricación del cuerpo como por ejemplo el de oliva, sésamo o alimentos que los contengan como el aguacate, la chía, la linaza, el ajonjolí las almendras, los pecan, entre otros.
Es
recomendable disminuir el consumo de alimentos de origen animal como las carnes
y los lácteos, ya que son difíciles de digerir y asimilar, lo que genera bloqueos energéticos.
Por último, es muy sano alimentarse con frutas y vegetales frescos, orgánicos en la medida de lo posible, puesto que traen cantidades de vitaminas y minerales, además de que cada vegetal contiene químicos propios que tienen cualidades tanto físicas como energéticas específicas.
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